La hipertensión arterial es una de las enfermedades más común en el mundo occidental. Su diagnóstico condiciona al paciente un estado clínico donde la expectativa de vida y la calidad de vida se alteran. La mitad de las personas con infarto son hipertensos y aproximadamente una tercera parte de los eventos vasculares cerebrales (EVC) se deben a esta enfermedad, si comparamos a una persona normotensa con una hipertensa las enfermedades vasculares aumentan en el segundo grupo mencionado de forma muy importante.
Al igual que la diabetes y la obesidad, la hipertensión arterial es una de las enfermedades que son consecuencia de la civilización y se produce por la combinación de estilos de vida del mundo moderno con la carga genérica de cada individuo.
Conocida como el "enemigo silente" la hipertensión arterial en sus inicios es difícil de diagnosticar, ya que las manifestaciones o síntomas aparecen ya que la enfermedad ha avanzado lo suficiente como para producir daños en los llamados "órganos blanco" (o diana) como son el cerebro, los riñones y el corazón.